La magia con la que Amazon Go permite pagar sin pasar por caja

El vídeo promocional con el que se presentó Amazon Go desvela una gran parte de la tecnología con la que la primera tienda física del gigante de las ventas por Internet consigue que el cliente no tenga que pasar por caja para comprar.


Amazon ha dado el salto a las tiendas físicas con Amazon Go, un proyecto en modo de pruebas con el que la compañía norteamericana quiere testear el mercado y buscar nuevas oportunidades de negocio. La particularidad de este establecimiento, ubicado en Seattle, es que no tiene ni cajas ni cajeros. El cliente entra, compra el producto que desea y se marcha sin preguntar ni rendir cuentas -físicamente, claro-. Así de sencillo.

Un proceso que sostiene en un tejido tecnológico muy complejo por detrás. Aunque Amazon no ha desvelado todas las tecnologías con las que trabaja, el vídeo de presentación de la tienda sí desnuda muchas de ellas.

El móvil

Toda la experiencia de compra está vinculada al teléfono. El usuario, al entrar en la tienda, debe abrir una aplicación y pasar el móvil por un lector. "La aplicación permite que el proceso sea personalizado a través de un histórico de compras, medios de pago, tarjeta bancaria, etcétera", asegura Ángel Barbero, director de desarrollo de negocio en Tecnilógica, empresa recientemente adquirida por Accenture.

Una de las tecnologías que se adivinan al ver el vídeo es NFC (Near Field Communication, en español Comunicación de Campo Cercano), un sistema que permite utilizar el teléfono para realizar pagos, con lo cual la tarjeta de crédito, o el dinero en efectivo, no salen del bolsillo.

Reconocimiento visual con inteligencia artificial

Esta tecnología consiste básicamente, según la patente registrada por Amazon, en un sistema de cámaras que apunta al stand en el que se encuentran los productos. Cuando el usuario coge algo de la estantería, el conjunto de objetivos sabe qué ha cogido el usuario y cuántas unidades.

Esta tecnología, combinada con inteligencia artificial, permite aprender al instante del usuario. Nadie coge de igual forma un bote de champú -o dos- o una bolsa de pipas, pero todos hacemos gala de patrones gestuales similares que son aprendidos por la inteligencia artificial.

Este sistema se combina con tecnología RFID, que consiste básicamente en el etiquetado de productos para su identificación a distancia, mediante radiofrecuencia, con lo cual se conoce en todo momento qué está sucediendo con el inventario de la tienda.

Sensores de presión y de posicionamiento


Las baldas disponen también de sensores de presión que conocen el peso de la misma por los ítems que contiene, a fin de que cuando son retirados por el usuario Amazon sabe qué está cogiendo el usuario y en qué cantidad.

La combinación de todos estos sistemas incrementa el margen de acierto respecto al número y tipo de productos de la cesta de la compra de cada cliente. Además, permiten sumar o restar productos de la cuenta del usuario si este duda y coge y deposita el mismo producto varias veces en el estante.

Por si fuera poco, Amazon tiene al cliente localizado prácticamente durante todo el proceso de compra mediante sensores de posicionamiento que arrojan datos de la situación en tienda de cada persona. Una vez realizada la compra, al salir por la puerta, Amazon recopila el total de productos y los factura en la cuenta del usuario. Tan sencillo. Tan complicado. La magia siempre tiene truco.